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Si no sabes hacia dónde vamos da igual el camino que tomes.
Desde esta máxima, y hoy más que nunca, es necesario tener un plan flexible, adaptable y creado desde la consciencia de la empresa que nos aporte una hoja de ruta para alcanzar los objetivos de tu empresa aprovechando al máximo las oportunidades que el cambio de paradigma, y gracias al uso con propósito de las tecnologías digitales, nos proporciona.
Cuando hablo de un plan estratégico digital, me refiero principalmente a la hoja de ruta que nuestra empresa seguirá para alcanzar los objetivos que tiene, teniendo muy en cuenta el uso adecuado para éstos de las tecnologías digitales.
¿Qué beneficios puede aportar un buen plan de transformación digital a tu empresa?
- Tomar consciencia de la situación actual en tu sector, pero sobretodo, de la situación en que se encuentra tu empresa para poder abordar la imperativa necesidad de transformarse digitalmente.
- Descubrir cuáles son las tecnologías existentes que están cambiando el sector de actividad en el que operas, pero sobretodo, poder escoger cuales son aquellas más idóneas para tus objetivos.
- Al alinear las distintas visiones, resulta imprescindible poder dibujar una visión común de los objetivos que se quieren lograr, y para ello igual de imprescindible es hacer el con el mayor número de participantes dentro de la empresa para su creación.
- Cuando tienes un plan, la asignación de prioridades, fechas y responsabilidades en el equipo hace que se mantenga un foco y se eviten distracciones relativas a las novedades que el sector tecnológico propicia, o incluso, que aparecen en las dinámicas de trabajo históricas de los equipos de personas.
- La sensación de logro aumenta la motivación de las personas que han definido y están ejecutando el plan de transformación digital de la empresa, por ejemplo, vemos esa energía en el momento en que una nueva forma de generar ventas gracias a los canales digitales, empieza a dar sus frutos, o también, cuando se optimizan procesos de trabajo que aportan mayor bienestar a las personas gracias a un buen diseño e integración tecnológica.
Para iniciar de la forma más simple el plan de transformación digital de tu empresa debes decidir con detenimiento qué quieres que tu empresa sea, en qué queréis convertiros o que objetivos quieres alcanzar desde vuestra actividad. Puede ser un buen momento para hacer cambios, o por el contrario, consolidar a mayor velocidad oportunidades que hemos detectado y aprovechado. Asignar a este punto qué indicadores nos dirán qué lo hemos conseguido, pero también, las prioridades para los mismos.
Otro aspecto importante está en analizar bien la situación actual desde donde partimos, teniendo en cuenta aspectos tan “clásicos” como nuestra propuesta de valor (¿por qué nos compran?), los competidores, nuestra oferta de productos o servicios y los recursos de los que disponemos.
Con la definición de los objetivos, y el punto de partida, debemos conocer qué tecnologías y metodologías nos ayudarán a conseguir los distintos objetivos, y sobretodo, qué nuevas competencias internas o externas necesitaremos.
Desde aquí, se puede generar, por ejemplo, una hoja de ruta para los próximos 12 o 18 meses, con los distintos responsables, y sobretodo con en seguimiento y las herramientas necesarias para hacer partícipe del plan, tanto en su creación como implantación, al mayor número de personas que forman parte de nuestra empresa, porque no hay transformación sin participación.
El seguimiento constante y periódico de la puesta en marcha del plan nos dará datos que alimentarán los indicadores principales, para poder determinar, por un lado la consecución de los objetivos planteados, pero también y no menos importante, para conocer por qué no se han alcanzado otros, y desde ahí poder adaptar el plan gracias a éste aprendizaje.
Sin duda, y dada la velocidad y magnitud del cambio que estamos viviendo, podemos encontrarnos que de forma parcial o total pueda sernos de gran utilidad la participación e implicación de equipos de trabajo externos que con su experiencia y conocimientos no sólo den fluidez a la creación y puesta en marcha de éste plan, sino que además, nos aportan un punto de vista externo y no influenciado sobre el punto de vista que tenemos.
A mi modo de ver, nadie sabe más sobre tu empresa que tú persona y tu equipo, y que la aportación de valor desde equipos externos viene dada, principalmente, en saber entender bien lo que hacéis, esperáis y validar que las tecnologías pueden, o no, ser útiles para llegar al punto de destino definido.